22 abril 2008

A. (III). Última parte. El final




Ayer tenía que haber estado aquí.
No estuvo.
No ha regresado.
Supongo que a estas alturas ya es libre.
Del dolor.
Del sufrimiento propio,
y del sufrimiento ajeno.
De la enfermedad.
De su cuerpo.

...descansando en Cuba...


A.(II)

A.(I)

7 comentarios:

* Sine Die * dijo...

Ahora le toca respirar a su alma...

Un abrazo para él -allí dónde vuele su esencia- y para tí, muymuymuy fuerte...

Un besito, cielo

Camy dijo...

Hay que saber dejar marchar...Si amamos, siempre estará a nuestro lado.

un beso

Miau dijo...

Un abrazo muy fuerte, corazón.

Vivencias en el Mariate dijo...

Alma Máter

Insinuando en tu espíritu un abrazo
colmas tu corazón de regocijo
y acoges al que busca tu regazo
como una madre a quien le nace un hijo.
Y cuando parte el que te vino un día
y entra en la vida con un rumbo fijo,
tú te emborrachas de melancolía
como una madre que despide a un hijo.

Así, contra el embate del olvido,
suspirando por alguien que se ha ido
y soñando por alguien que vendrá,

abres los brazos con ternura ciega
para amparar al hijo que te llega
y bendecir al hijo que se va.

Rafael García Bárcena (Cuba 1907-1961)

Alceste Beüring dijo...

No lo olvides, es la única manera de que no muera...

Jordicine dijo...

Un beso de corazón. Y hasta pronto.

hawkeye dijo...

Nunca es un adiós, es simplemente hasta luego, las personas a las que queremos siempre están vivas dentro de nosotros... en nuestra alma, en nuestra cabeza, en nuestro corazón... Besos y un abrazo fuerte!!!